La llegada del argentino José Néstor Pékerman al banquillo de la Selección Nacional de Venezuela trae consigo la expectativa sobre cambios tácticos y el modo de jugar que podría implementar en el futuro inmediato.

El experimentado director técnico ha cosechado grandes éxitos en su larga carrera como entrenador, y ya se comienzan a manejar diferentes sistemas, partiendo de las piezas que han vestido la camiseta vinotinto en lo que va de Eliminatorias al Mundial de Catar 2022. Si bien la tarea de acceder a dicha competición parece imposible tras los frecuentes malos resultados, la necesidad de recuperar la ilusión es quizás la asignatura más ardua a conseguir.

Pekerman comenzó su transitar en los banquillos como primer entrenador con las categorías infantiles de la selección de su país, contando con una generación de oro de la »albiceleste» que lo llevó a hacerse con tres Mundiales de la categoría Sub 20, dos torneos sudamericanos de clasificación y medalla de Oro en los Juegos Panamericanos de 1995.


Ataque incesante y solvencia defensiva:

Durante su gestión más temprana al mando de la Sub 20, específicamente en el Mundial de Catar en 1995, los dirigidos por el argentino se mostraron como la selección más ofensiva de la competición con verticalidad y transiciones rápidas, basándose en la buena salida de sus defensas Sebastián Pena y Juan Pablo Sorín, con la aparición de Ariel Ibagaza con libertad de movimiento para conducir un ataque que les permitió conseguir el cetro de la competición, tras importantes triunfos sobre Holanda, España, Camerún y Brasil en la gran final. La solidez defensiva también fue parte importante de su éxito en ese Mundial, permitiendo solo tres tantos en seis partidos.

Pero en 1997 y con una nueva generación, Pékerman probó que lo ocurrido dos años antes no fue casualidad; contó con la presencia de Walter Samuel, Lionel Scaloni, Pablo Aimar y su máximo referente, Juan Román Riquelme, que llevaron a su selección a revalidar su título de campeón en un torneo en donde, de nuevo, mostró un fútbol ofensivo y solvencia en la zaga que, salvo el parpadeo ante Australia en la primera fase (derrota 3-4) recompuso su transitar para conseguir triunfos importante ante Inglaterra, Brasil y Uruguay. Los ataques, incisivos y persistentes llegaban por diferentes frentes mostrando versatilidad ofensiva; desde balones filtrados entre la defensa rival o bien aéreos ganando las espaldas de los centrales, con la subida de sus laterales generando diagonales que permitían crear espacios.

Cuatro años más tarde, la Argentina Sub 20 de Pekerman volvió a estar en lo más alto al conseguir un nuevo Mundial en la categoría, con una explosión ofensiva que lo llevó a cerrar con 27 tantos a favor y apenas cuatro en contra, en siete encuentros disputados (todos con victoria).


Diversas alternativas en salida con balón:

Tras la salida de Marcelo Bielsa en el banquillo de la selección de mayores, José Néstor Pekerman fue el elegido para encarrilar a la Argentina en la búsqueda de la clasificación al Mundial de Alemania 2006. El seleccionador, hoy de 72 años, contó con una generación de futbolistas a quienes había dirigido en su mayoría por su paso en las inferiores, así que su idea podría calar con mucha más facilidad.

Tal como en sus experiencias previas, Pekerman buscaba la solidez defensiva y las transiciones rápidas; quiso apoyarse en Javier Saviola y Hernán Crespo para pivotear de espaldas al arco en balones aéreos, así Riquelme recibiría de frente para hilvanar el ataque en una formación 4-3-1-2, que por momentos cambiaba a 4-4-1-1 por labores de relevo sin balón.

Los laterales, Sorín y Javier Zannetti, fueron parte importante de la alternativa a dichas salidas por aire, pues ante su movilidad permitían la unificación de un bloque en la mitad de la cancha por medio de los extremos, que generaba superioridad numérica ante los rivales, creando desconcierto y espacios que los atacantes podían aprovechar para anotar en el arco contrario.

Su labor llevó a la »albiceleste» a los cuartos de final, en donde cayó por penales ante la anfitriona de la competición, despidiéndose del certamen y concluyendo su trabajo en el banquillo de la selección.


La variante en el sistema »cafetero»:

En 2012 y luego de una corta pasantía en el fútbol mexicano, Pekerman fue presentado como nuevo seleccionador de Colombia, con la misión de levantar la reputación del combinado »cafetero», para obtener la clasificación a su primer Mundial desde Francia 1998.

El argentino, que consiguió al conjunto neogranadino en la sexta posición de la tabla de eliminatorias luego de tres jornadas disputadas, asumió las riendas relevando a Leonel Álvarez y a base de orden táctico enrumbó a los suyos para volver a la tan ansiada competición, en donde además fue figura James Rodríguez con seis tanto siendo el máximo anotador.

Esta Colombia mostró una recuperación importante, ganando ocho de los 13 partidos restantes del premundial; Pekerman alineó con un 4-2-3-1 la mayoría de sus encuentros, mostrando versatilidad en las variantes según el resultado parcial o los momentos de un compromiso determinado.

Para el comienzo de la séptima jornada y con un inicio tambaleante en su nuevo rol, el argentino debía recibir y dar un golpe sobre la mesa ante su similar de Uruguay, algo que en definitiva concretó con un contundente 4-0.

Durante el partido, Pekerman contó con la aparición temprana de Radamel Falcao quien comenzó a poner cifras en el marcador y le permitió mantener la posesión con tranquilidad; pero en el segundo tiempo, sus pupilos colocaron el pie en el acelerador en una variación del sistema que involucraba a los laterales (Armero y Zúñiga) en labores ofensivas, los extremos (Teo Gutiérrez y Valencia) ingresaban a la zona central de ataque y uno de sus volantes de marca retrocedía para complementar la zaga con los centrales, generando equilibrio y así evitar un contragolpe en el que estén mal posicionados.


El camino Vinotinto y sus nuevas armas:

José Néstor Pekerman comandará a una selección nacional de Venezuela carente de resultados, pero con recursos para una inminente recuperación. Si bien hemos sido testigos de errores impropios del nivel profesional, la ilusión y compromiso son aspectos recuperables que influirán implícitamente en la atención y concentración en los partidos.

Dentro de sus armas y tomando en cuenta su estilo y antiguas formaciones, el argentino
podrá sacar provecho de las subidas de los laterales, sobre todo Ronald Hernández, para dar amplitud y generar la superioridad a tres cuartos de cancha.

Pekerman ha probado tanto con uno como con dos delanteros, por lo que la figura de un 9 de área y un segundo atacante serán esenciales, personificados en futbolistas como Eric Ramírez, Daniel Pérez o los ya experimentados Salomón Rondón y Josef Martínez.

En el aspecto defensivo y tras los últimos partidos de la clasificación Conmebol, pareciera perfilarse una solidez con Nahuel Ferraresi y Yordan Osorio, que podrían ser apoyados por volantes como José “Brujo” Martínez y Junior Moreno, sin olvidar al capitán Tomás Rincón que, pese a su edad sigue siendo uno de los referentes más solventes en su posición.

Venezuela marcha última en la tabla con la tarea de reencontrarse con un estilo ya perdido de juego, con la ilusión de disputar los encuentros y sobre todo, el compromiso de vestir la camisa vinotinto.

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Willmer González
@WillGonzalez10
Valencia

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