«Arroceros luchaba por la final del Torneo de la Casa Portuguesa en Maracay. Recuerdo que Sergio también peleaba por ganar la bota de oro, nos quedamos con el título, pero él no pudo quedar goleador y lo que hizo fue ponerse a llorar; ahí supe que era distinto y que iba a llegar lejos. No me equivoqué.»

Así recuerda Rafael Castrillo, actualmente entrenador de Arroceros de Calabozo, los inicios del futbolista vinotinto, Sergio Córdova, quien hoy en día es ficha del Augsburg de la Primera División de Alemania.

Castrillo empezó jugando al balompié profesional con el Deportivo Lara, pero muy pronto se dio cuenta que lo suyo era trabajar con niños y dio sus primeros pasos como estratega en un club de fútbol privado llamado Atlántico Madeira del estado Portuguesa.

El veterano entrenador agradece día a día a Dios por obsequiarle la que para él es la profesión más hermosa del mundo, y opinó que el trabajo con niños es lo mejor que le pudo pasar.

En su día a día ve niños y jóvenes con deseos de superación y con muchas cualidades de futbolistas profesionales, tal fue el caso de la «pantera».

«Sergio siempre se distinguió de los demás: por su ambición por mejorar, por ser un guerrero, un luchador dentro y fuera del campo, eso lo llevó a donde está».

Castrillo cuenta que Colín Espumar, quién es uno de los actuales entrenadores de la cantera del Caracas FC, hace ya algunos años le pidió que le mandara jugadores nacidos en el año 94 para hacer las pruebas en el conjunto del Ávila. «Sergio, que es del 97, se enteró y ese día me rogó que lo metiera entre los jugadores, hablé con Espumar y él dudó, pero al final accedió.  Sergio fue el único que quedó y a los 18 años ya partía a la ciudad capital».

“En su primer año en la sub18, Sergio Córdova registró 11 goles en diez encuentros que tuvo el Caracas fútbol club” recuerda orgulloso.

El estratega de juveniles, que vio a Sergio anotar muchísimos tantos en la comunidad de Calabozo, ahora lo ve haciéndolos en Alemania y eso lo alegra y lo motiva a seguir preparando a muchachos para que algún día lleguen a ser profesionales como Córdova, Aristóteles Romero o Darwin González.

Con referencia al fútbol venezolano:

Para Castrillo el fútbol venezolano ha crecido enormemente y pone como principal ejemplo los logros de la selección en todas las categorías en la última década, cada vez surgen más talentos en cada rincón del país y hay más competencia entre lo equipos, está orgulloso de esta mejora, pero espera y desea que Arroceros de Calabozo, el club de sus amores, esté luchando en la Primera División y en torneos internacionales muy pronto.

     «Llegar a semifinal de la Copa Venezuela con Arroceros en el 2014, fue muy positivo para nosotros, aunque luego de eso perdimos a muchos jugadores con los que podíamos subir más rápido pero nos regeneramos muy bien y ahora vamos con todas las fuerzas a lograr nuestro objetivo.»

Luego de un agradable rato brindándonos sus anécdotas y pensamientos, el instructor de jóvenes promesas en Calabozo, cerró con esta reflexión para los niños que sueñan con jugar al fútbol profesional.

Desde que comencé a trabajar en esto siempre que llegan grupos nuevos a la academia les digo cariñosamente:

    «El fútbol les servirá para muchas cosas en su vida, no todos llegarán a ser profesionales porque seguro Dios tiene otro propósito para ustedes, pero disfruten de esto porque es algo muy lindo».

«Ahora que ya son  mayores, muchas veces me los encuentro en la calle, muchos me piden la bendición y no están vestidos de deportistas, pero sí de doctores, abogados, y eso me hace feliz».

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