Hay personas que el destino, o la suerte (la mala, o la buena, dependerá de nosotros), los obliga a dar un vuelco a ese camino que habían planeado o soñado. Una de ellas es Génesis Garrido, una joven a quien la tormenta un día azotó, pero jamás venció. Para contar su historia, en SOLOVENEX conversamos con ella.

Hablamos de sus inicios:

Desde muy pequeña, el camino para Génesis estaba trazado, o al menos eso pensó ella. Su mamá, con el sueño vivo de que su hija fuera gimnasta, la inscribió en una academia, pero bastó decir «¡mamá, quiero ser futbolista!» para que la tendencia cambiara. ¿Motivación? Papá y hermano futbolista han de ser los principales culpables, seguramente.

Como muchas de nuestras mejores estrellas, Génesis comenzó jugando con varones en los recreos de su colegio a los seis años de edad: «recuerdo que cuando mi hermano jugaba en su colegio, yo siempre agarraba una pelotita y me ponía a jugar, a chutar por allá y por acá». A los nueve años, ya formaba parte del equipo de futsal del Colegio Champagnat.

A los 14, abandonó esa disciplina para irse, literalmente, a un terreno más grande, el fútbol campo: «Yo no sabía nada de fútbol campo, posiciones, nada. Estaba asustada, eran entrenamientos de mucha más exigencia» nos contó. Tras un corto plazo de adaptación por el conjunto del Colegio San Luis, disputó Liga Nacional Sub 17 y Sub 18, Primera División (con Cachimbos, actual Deportivo La Guaira, su equipo por muchos años) y Eliminatorias Nacionales Sub 17. ¿Cómo lo hizo?: «Todos los entrenadores coincidieron que debía jugar en el medio y así fue. Jugué mucho tiempo de volante 8 y los últimos años de volante 10», expresó Garrido.

La selección Nacional:

En el 2012 (16 años), recibió su primer llamado a un módulo de la selección de fútbol femenino de Venezuela Sub 17. Tres años más tarde (2015), su primera convocatoria a la Sub 20: «En ese momento (llamado a la Sub 20) yo iba a empezar a estudiar Comunicación Social en la Universidad Católica. Tuve que decidir entre estudiar o la selección, y escogí la selección porque son experiencias que pasan una vez en la vida, y lo cómico fue que los entrenamientos fueron en la Católica. Al final perdí el semestre», dijo entre risas.

Todo comenzaba a perfilarse para una vida exitosa en el fútbol. Pero, ni en la vida, ni en el deporte, el camino es totalmente despejado. En 2016, la mediocampista venezolana fue nuevamente solicitada para un módulo previo al Mundial Papúa Guinea. En dicho módulo, realizado en Margarita, Génesis sufre una lesión en la columna que la aleja por ocho meses de los campos de juego.

¿Rendirse? No existe en su vocabulario. Ochos largos meses de terapias, dudas, lágrimas y sentimientos encontrados, pero jamás de dejar la lucha. La futbolista volvió a la cancha con el Deportivo La Guaira y… cuatro partidos después… recae. ¿Próximo paso? Cirugía. «No era una lesión común de tobillo o muñeca. Fue bastante duro», afirmó.

Nuevos aires:

Después de siete meses de, otra vez, un proceso de recuperación, viajó a los Estados Unidos, donde empezó una historia diferente: «Llegué a USA e hice un ‘try out’ en un ‘college’, gané una beca y comencé a estudiar y a jugar nuevamente». Un capítulo en la vida de Génesis, que escribía sus primeras líneas en el deporte extranjero… pero, con un desenlace antes vivido. Garrido, en un gran momento, sufrió una nueva lesión, rotura del ligamento cruzado: «Esta recuperación me costó un montón, es una lesión muy mental. Fue cuestión de mucho trabajo y paciencia».

__ ¿Resignación? Sin espacio para eso. La venezolana, contra más de un pronóstico, volvió al terreno y disputó su última temporada: «Volví sintiéndome mejor que nunca, para mí era importante volver y jugar. Sin embargo, decidí no hacerlo más. No fue fácil, fueron meses de mucha reflexión, pero tomé la decisión, sentía que Dios me quería en otro lugar«.

__ ¿Qué pasó por su mente al decir «no más»?: «Tranquilidad. Supe que era la decisión correcta cuando lo hice y me sentí tranquila, me sentí feliz» dijo orgullosa.

Más allá de jugadora:

Pero, como toda una caja de sorpresas, además de desempeñarse en las canchas como jugadora, desde muy joven Génesis cumple facetas también en la raya técnica. En Venezuela, fue entrenadora de academias como Fratelsa y Futuros Vinotinto: «Fueron experiencias espectaculares donde aprendí muchísimo. Conocí personas maravillosas e inspiradoras».

Posteriormente, continuó esta actividad en Estados Unidos, donde actualmente es entrenadora en la academia South Miami United, donde dirige cinco equipos (dos Sub 9, dos Sub 11 y uno femenino Sub 11): «Este lugar es mi casa, me encanta, he crecido mucho«.

A pesar de todos los obstáculos que desde pre-adolescente le tocó enfrentar, Génesis tiene una visión de la vida muy positiva y dirigida: «Es inevitable no tener pensamientos negativos en momentos duros, pero tenemos la capacidad de destruir eso y crear cosas positivas que nos impulsen a mejorar a pesar de las adversidades».

En cuanto a su vida de entrenadora de niños, «los mejores maestros» como ella los definió, Garrido insiste en que dedicarse por completo a esto fue la mejor decisión, una que le da felicidad, paz y tranquilidad: «Me encanta enseñar. Me encanta dirigir. Me encanta el deporte y utilizarlo como la excusa para enseñar valores y empoderar líderes. Por eso hago lo que hago».

En su mística de enseñanza, Génesis explicó que trata de trabajar la «parte introspectiva» de los niños, donde los invita a la auto-reflexión: «Tanto antes como después de entrenar, intento tener un espacio para conversar con ellos. Siempre les digo que en cancha todos pueden ser líderes, no sólo el capitán».

«Hoy en día, sé que todo me suma, no le tengo miedo a las dificultades. Pienso que toda mi trayectoria como jugadora era el camino que debía llevar para estar aquí, feliz. Todo lo que pasa es perfecto«, recalcó la criolla.

Génesis Garrido es una prueba más de que no hay imposibles. Todo lo podemos lograr con fe, constancia, convicción y trabajo. Hoy, además de haberse graduado de Gerencia Deportiva, ella habla tres idiomas (español, inglés y portugués), y lo más importante, persiguió su sueño y conquistó aquello que la hace feliz. Por supuesto, «dejando la esencia de Venezuela a donde sea que va», como ella misma lo certificó para finalizar la entrevista.

Ella es otra muestra de #PoderVinotinto fuera de nuestras fronteras.

María Andrea Mora
@mariaandreamg
Maracaibo

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