Con la llegada del año 2022 comienza una nueva era para el balompié venezolano, tras el arribo de uno de los entrenadores más exitosos en Sudamérica, el profesor José Néstor Pékerman, quien junto a su cuerpo técnico intentará reconducir el juego y el destino de las selecciones nacionales.
Pékerman, con experiencia comprobada en selecciones inferiores de Argentina y absolutas como la propia albiceleste y Colombia, tomará el mando de las principales gestiones de todos los combinados criollos para elaborar un camino que reúna todos los ingredientes necesarios para impulsar a la Vinotinto a obtener un cupo a su primera Copa del Mundo.
Sin embargo, el nuevo seleccionador de Venezuela posee más de un solo objetivo y por ello, trajo consigo a un preparado cuerpo técnico y equipo de trabajo, encabezados por Fernando “Bocha” Batista, ex entrenador de categorías inferiores de Argentina.
Mucho se ha especulado sobre el rol que desempeñará el ahora segundo entrenador de la Vinotinto durante el período de duración de su contrato, pero su exitoso paso por las categorías inferiores de su país invita a pensar en la formación y desarrollo de nuestros jóvenes de cara a una posible generación de relevo para el primer equipo y clasificación a torneos internacionales de máxima exigencia.
Sus inicios y tácticas:
El “Bocha”, hermano del campeón mundial Sergio “Checho” Batista, es un director técnico exclusivo de selecciones. Antes de atender el llamado de Pékerman, era entrenador de las categorías juveniles de su país, específicamente la Sub 20 y Sub 23 (ésta última disputó los Juegos Olímpicos de Tokio).
Desde 2018 y con experiencia en las inferiores de la selección de Armenia, se encargó de la albiceleste y consiguió consolidar una generación importante de jugadores que ayudaron a conseguir logros destacados, como la medalla de oro en los Juegos Panamericanos celebrados en Lima en el año 2019 y el primer lugar del certamen Preolímpico de 2020.
Su estilo puede complementarse con el experimentado seleccionador nacional de Venezuela, partiendo de una base de cuatro defensores, tres volantes y tres atacantes; sistemas que suele variar dependiendo del resultado del compromiso.
Batista pone en práctica dentro de sus sistemas las internadas por las bandas, buscando centros aéreos que puedan rematarse y sacar ventaja de los defensores, pero no es ajeno a los balones rasos filtrados al espacio entre los centrales contrarios.
Sin embargo, durante el Preolímpico 2020, el ahora segundo de Pékerman probó con un 4- 2-3-1 desde el vamos en varios compromisos, con Fausto Vera y Nicolás Capaldo de volantes de marca, dos extremos, un mediapunta (Alexis Mac Allister) y un atacante, Adolfo Gaich, mostrando adaptabilidad a diversos estilos.
Durante dicho torneo, rumbo a los Juegos Olímpicos, su equipo obtuvo un pleno de victorias en la primera fase, superando sin mayores problemas a Chile, Venezuela, Ecuador y la anfitriona Colombia; y pese a caer en la segunda fase ante Brasil, pudo titularse campeón de la competición con 6 unidades, tras repetir ante los cafeteros y vencer a Uruguay.
Dentro del balance general y comparándolo con otros torneos, las selecciones del “Bocha” suelen ser verticales y muy ofensivas, aprovechando sus extremos y jugadas a balón parado; si bien reciben un considerable número de goles, no es menos cierto que su intención ofensiva se materializa en una amplia cantidad de tantos marcados.
Nuevo camino vinotinto:
Pero su rol con la Selección de Venezuela en primera instancia, puede que no pase por priorizar las inferiores; Fernando Batista tiene la preparación suficiente como para hacerse cargo de un primer equipo y parece que su trampolín podría ser el cargo que ahora ejerce dentro del combinado nacional.
Pese a ello, su probada experiencia y competencia en el fútbol juvenil puede recuperar los logros dejados por algunas de nuestras generaciones, como las Sub 20 del 2009 y 2017, ésta última subcampeona del Mundo.
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Willmer González
@WillGonzalez10
Valencia
