Sebastián Cano, presidente de la escuela de fútbol “Secasports” y reconocido agente de jugadores profesionales como: Josef Martínez, Wuilker Fariñez y Yeferson Soteldo; abrió las puertas de su oficina y platicó en exclusiva con SOLOVENEX, nos comentó acerca de sus inicios, motivaciones, sueños, y demás aspectos de su carrera.

Tras crecer en la ciudad de Valencia, y estudiar en el colegio San Gabriel Arcángel, Cano empezó su andar futbolístico como jugador, en el Centro Social Ítalo de Valencia, club que posteriormente le daría las herramientas y la oportunidad de formarse como preparador.

Jugué fútbol desde pequeño, fue el deporte en el que creo que Dios me dio un don”, expresó Sebastián, a lo que agregó “Empecé en el ‘Ítalo’ con ocho años, y me fui fortaleciendo con los valores tanto de la familia como del muy buen colegio donde estudié. Allí tuve muy buenos entrenadores y tutores, entre ellos una de las personas que recuerdo con más cariño esa José Raúl Stanich, con el cual establecí una amistad más allá del fútbol; una persona que me enseñó a entender la vida, a través del fútbol”.

A los 17 años Sebastián tuvo la oportunidad de llevar su juego fuera de las fronteras nacionales, cuando Emilio “Cococho” Álvarez, quien era entrenador en el Ítalo, le abriera las puertas para continuar su carrera con el Danubio de Uruguay; no obstante, después de un año y a punto de firmar su primer contrato profesional, “Sebas” decide regresar; a lo que confesó “creer haber tomado una mala decisión”. Un día me rompí la rodilla, en ese entonces mi papá me dijo que me dedicara a estudiar. Estudié, terminé mi carrera, me fui a hacer una maestría en Estados Unidos, regresé, y entre todo esto seguía jugando en el Ítalo, que fue mi único club” añadió.

Por otra parte destacó, “una noche empecé a sentirme triste, la otra también. A todo esto ya mi papá sabía qué era lo que me pasaba, que es el famoso gusanillo del fútbol. A lo que me dijo: tienes que hacer algo para tratar de ahogar la pena o la culpa que te echas por no haber tomado la mejor decisión”, relató.

El club le dio la oportunidad de dirigir un equipo femenino, mientras que a su vez Sebastián empezó a buscar talentos a lo largo del estado Carabobo, algunos para llevarlos al Ítalo y otros para empezar a trabajarlos en la formación y en la capacitación sobretodo fuera de la cancha, dando inicio así al rol de “agente”.

“Una semana que yo no estuve, Héctor Gallo, un gran amigo de papá que trabajaba en el club, vio un equipo de ACEFUC categoría compota, donde había cinco o seis jugadores muy diferentes, ahí estaba Josef. Él me invitó a que viésemos un partido de ellos, y fuimos. Detrás del domo de la Universidad de Carabobo, fue allí donde vi a Josef por primera vez, un chico con tan solo ocho años”, narró.

En el mismo orden de ideas acotó que “Poco después ya íbamos dándole forma al proyecto, salió el hermano de Luis Manuel, los hermanos Reyes, el propio Luisma. Y de ahí se empezaron a forjar relaciones de amistad hermosísimas entre los padres, los jugadores que iban creciendo y mi persona. Más allá de la diferencia de edad, en esta posibilidad que tenía de estudiar psicología a distancia, logré aprender muchas cosas acerca de la convivencia, de lo que significa en la parte formativa de un jugador de fútbol”.

Por otra parte, con respecto al reto y esfuerzo que implicaba el proyecto, contestó: “Heredé muchas cosas de mi familia, una mezcla del carácter de mi papá, de la rebeldía que yo llevaba por dentro, de no cansarme, y así fue como se creó la compañía”.

Origen de la escuela:

“Un día, un gran amigo mío asume la dirección de deportes del Club Ítalo, todas mis amistades apostaban a que yo me quedaría mucho tiempo más allí, en el club, donde me trataron siempre muy bien; no obstante su consejo de gran amigo, que me costó entenderlo al principio, fue: ya es hora de partir declaró Cano.

“Decidí abrirme y en un año reflexionar acerca de lo que quería hacer, porque no tenía una sede propia como para terminar de darle mayor forma. Además necesitaba ponerle un nombre a la compañía, entre tantos que busqué, yo quería que ésta tuviese el apellido de papá; de una amanecida en otra surgió la idea de ponerle el inicio de mi nombre con el comienzo del apellido, y así fue cómo surgió Secasports, confesó.

Iniciamos en un lugar bastante pequeño, pero que nos sirvió para enfocarnos muchísimo más en la fórmula que yo venía trayendo, con un ADN bastante identificado, diferente a lo que ya se había visto, gracias a que ya yo había empezado a viajar por el mundo” declaró Sebastián, a lo que prosiguió confesando que: “siempre tuve la referencia de mi papá, desde muy pequeño yo vi que fabricó un producto de frenos que logró exportar en muchos países del mundo, sin siquiera saber decir hello. El siempre me decía que en Venezuela había mucho talento, que en todas partes de Venezuela había mucho talento”.

Empecé a leer muchos libros y a asistir a granjas de béisbol, entre tantas cosas me di cuenta que todos estos equipos profesionales de la MLB, principalmente apostaban a que en Venezuela hubiese talento, y así fue, consiguieron una gran mina de peloteros. Pero en el fútbol pasaba lo mismo, sólo que nunca se hizo algo parecido; sin quitarle mérito al béisbol, estoy seguro que si para acá hubieran venido escuelas de todos aquellos países donde hoy tenemos jugadores profesionales, nosotros tuviéramos el mismo número de futbolistas afuera, que de peloteros”.

“Allí te agarraban desde pequeño, te formaban; era un sistema que aquí no había llegado, eran muy pocos los equipos de fútbol constituidos con raíces en la semilla, con atención puesta en las categorías menores. Quizás por ahí el Caracas FC fue uno de los primeros que se ocupó de tener una casa-club digna, y que empezó con este tema de la formación de jugadores, donde fueron pioneros en su época”, añadió Cano.

Ya nueve años después, dos campeonatos nacionales en su haber y más de mil atletas en su nómina, la escuela se ha hecho un nombre en el balompié venezolano y se ha establecido como referencia en el desarrollo de jóvenes talentos. “Humildemente debo decir que hemos hecho un trabajo de base en el fútbol venezolano, entiendo lo que significa la carrera de un niño cuando está empezando. Asimismo hemos formado nuestro propio talento, donde se han ejecutado ideas surgidas en la agencia y viceversa, lo que ha ayudado aque las cosas fluyan de manera más cómoda, dentro de lo difícil; porque uno tiene que entender que el tiempo que tú le dedicas a un talento, se lo quitas a tu familia” ,expresó.

“Constantemente tuvimos que demostrar que nuestro trabajo no era lo que algunos decían por ahí, mostrar que teníamos disciplina, orden; que éramos competitivos y serios. De igual manera hay que decir que muchas personas colaboraron para que esto fuese posible, yo estoy agradecido con Dios, con mi familia y con mis seres queridos, incluyo a los padres y entrenadores que aportaron su tiempo para nosotros, en una década de pérdida de valores acelerada; nosotros buscábamos tener una institución que hiciese de muro de contención para tratar de que los chicos, más que jugadores de fútbol, fuesen chamos de bien. Y yo creo que en su mayoría lo hemos logrado, eso es lo que me tiene satisfecho y anclado en este país”, concluyó.

Un enamorado del oficio:

No hay sueño que se forje sin dedicación y mucho menos sin un motivo; para Sebastián esto no resulta diferente, el agente desde sus inicios ha tenido claro el horizonte al que aspira. “No es sólo el orgullo de ver el debut profesional de un jugador, es también ver la posibilidad que hay de que éste salga hacia el extranjero, y recordar el cuento de papá y los frenos, de exportar los talentos con un sello made in Venezuela; en ese entonces nosotros teníamos un estándar de calidad que teníamos que obtener, y ese es el sello imaginario que yo quisiera tener en los jugadores de fútbol”, confesó.

Por otra parte, añadió que “con el tiempo fuimos encontrando armonía, creciendo; enamorados de nuestro trabajo, apasionados por lo que hacíamos, íbamos encontrando cada vez más resultados que iban cruzando las fronteras, como el de un Josef Martínez que ya no era un niño de ocho años”.

“Pienso que el futuro que hay aquí es grandísimo, y con la situación de migración de venezolanos nos vamos a encontrar con el paso de los años con una cantidad de talento regado por el resto del mundo, de manera increíble, siendo venezolanos. Tal es el caso del chamo del Barcelona: Alejandro Marqués. ¡Va a pasar!”, exclamó Cano.

Sueño con ver jugadores venezolanos en equipos Top del fútbol mundial, y que a su vez sean protagonistas en ellos, que vean muchos minutos. Sueño con eso e incluso, te lo digo con toda sinceridad, sin importar por quien esté representado; ya que al final será un jugador que dentro de la universalidad del fútbol, estará representando a Venezuela”, Confesó.

En otro orden de ideas, respecto a los sacrificios destacó que de “muchos bautizos y fiestas familiares que me perdí, muchas fechas importantes en mi vida a las que falté por estar dentro de una cancha, un estadio, recorriendo el país buscando talentos; desde Tucupita que fue de donde salió Darwin Machís, pasando por todos los rincones de los distintos estados del país. En ese sentido fueron pasando los años, y estos me devolvieron con mucha satisfacción aquello que invertí; no en tema económico, eso siempre tiene retorno, el problema es el tiempo, ese solo lo regresas de dos maneras, con vivencias o con la gratitud de Dios; y Dios me dio esa posibilidad de vivir una cantidad de episodios hermosos, que en ese momento y hasta me han dicho que valió la pena”, expresó.



Josef Martínez y un vínculo de hermandad
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El atacante oriundo de “El Combate”, Josef Martínez, es sin lugar a dudas la pieza más representativa y constante de la agencia SecaSports, Sebastián Cano aprovechó la oportunidad para exponer parte del trayecto que juntos han trazado. “Los miércoles mis padres hacían mi comida favorita: milanesa con puré; y yo buscaba a Josef al colegio, lo llevaba para la casa, comíamos y luego se iba de ahí a entrenar. Si tuviese la oportunidad de volver a nacer, me dedicaría exactamente a lo mismo; con Josef he vivido cosas que mucha gente ha visto, y otras que la misma gente no, anécdotas que están guardadas en mi corazón y en lo más profundo de mi alma”, confesó.

Asimismo, añadió que “cada gesto, cada gol, cada camisa que me regaló. Especialmente aquel gol contra El Salvador, en el que celebra haciendo el gesto de bebé recién nacido, en dedicatoria a mi hijo Mateo, que es su ahijado. A él le agradezco profundamente su lealtad, hay que destacar que los futbolistas en cada etapa de su carrera se ven inmersos en constantes presiones establecidas por la sociedad, entre ellas algunas que busquen que otra compañía los represente, y bueno, en este mundo de pirañas hemos aprendido a sobrevivir, a base de pundonor, coraje y lealtad”.

Concluyendo con una acotación especial: “En este andar yo sé que cuando mis chamos estén más grandes, entenderán que su papá se dedicó, desde un pedacito del país, a tratar de construir sueños, de consolidar historias hermosas que sirvan de ejemplo el día de mañana. Como se refleja en el documental “combate y victoria”, un relato dedicado a todo un país, sin discriminar clase social; y que no representa una historia de fútbol, sino más bien una de superación”.

Un lazo inquebrantable:

“A mis padres los amo con locura, me dieron la mejor educación del mundo, me presentaron todo, mi madre me llevó en muchísimas ocasiones a la cancha, y se preocupó mucho en acompañarme en mi vida futbolística, sin involucrarse”.

Por su parte, en cuanto al señor Jorge Cano expresó: “De pequeño mi papá acostumbraba a llevarme a ‘007’ a comer helado de limón con chocolate, para posteriormente ir al estadio, una norma que se cumplía cada 15 días, asistiendo a la tribuna principal del Misael Delgado cada vez que el Valencia FC jugaba; lo que fomentó mi amor por ir a la cancha, incluso, mi padre, que era argentino, me llevaba al Estadio Monumental cada vez que íbamos a Argentina, donde desde niño me hice fanático de River Plate, y quizás es la primera vez que lo digo al público. Él (mi padre) nunca fue mi socio en el negocio del fútbol; sin embargo, siempre me acompañó a todos lados y veía cosas que yo no, siempre me fue guiando. Tuve esa fortuna de disfrutarlo como un gran amigo hasta sus últimos días; mi relación con él estaba exponenciada en un máximo sentido, el amor estaba por encima de cualquier diferencia que pudiésemos tener” compartió.

A mí nunca me sobró nada, tampoco me faltó, tuve una familia muy humilde que siempre trabajó para que no le hiciera falta nada. Me ayudaron a prepararme para posteriormente generar mis propios recursos, recursos que invertiría en gran medida con los niños, ya sea zapatos, camisas, comida, clases de inglés, entre otras cosas que nadie sabe” declaró Cano.

La charla concluyó con un mensaje claro y preciso por parte del agente: “más allá de los errores que hemos cometido, nos enfocamos en devolverle al país, todo lo que el país nos dio. Hay una enorme responsabilidad social que esto conlleva, y más allá de la facilidad que podría ser hacer mi trabajo desde una computadora en cualquier otra parte, nunca le hemos dado la espalda al país, porque este nos ha dado todo: hasta la oportunidad de ejercer una profesión, la cual amo, algo que ya es difícil”.

Daniel Álvarez
@danielalvarezt
Valencia

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